10 –no tan- sencillas lecciones que me regaló el Hno. León
15June 22, 2013 by Carlos Jovel
Desde una perspectiva utilitarista, mucho nos han bombardeado con el tema de liderazgo y el crecimiento personal. Prestigiosas universidades, escuelas de negocios y centros de investigación dedican millones de dólares anualmente en entender qué es y cómo se hace un líder.
Mucho de lo que ahora está documentado e internalizado, tuve la suerte de presenciarlo en mi niñez, desde la naturalidad que da el colegio. En aquella época, un hombre cercano a los 80 años, de baja estatura y algo de sobre peso, sin quererlo y a fuerza de ejemplo, marcaría mi vida con algunas lecciones prácticas, que ahora intento incluir diariamente en mi caja de herramientas para lograr un paso decente y feliz por la vida. Este es mi esfuerzo por compartir algunas de ellas (gracias Hermano León):
- Siempre es un buen momento para una pequeña oración. el Hno. León iniciaba su día con la Santa Comunión, justo al amanecer. Y a partir de allí, siempre encontraba una excusa para ofrecerle sus actividades a Dios y ampararse en la intercesión de la Virgen María. Está documentado, que las personas que tienen una vida espiritual, viven más y mejor.
- Una buena familia no llegará por accidente: durante las frecuentes regañinas que me caían, siempre encontraba la forma de decirme de manera natural, que me fijara en una buena mujer, que los valores eran importantes, y más importante era que juntos pudiéramos transmitirlos a nuestros hijos, para siempre. Gracias, Hno.
Conociendo a mi primer hijo, 2009
- Los premios y distinciones no determinan quién eres, el resultado de tus actos sí. El “Noble amigo de El Salvador” apenas y reparó en la relevancia del reconocimiento; pocos minutos después de la ceremonia, quería irse a casa. Sin embargo, hace dos años, luego de la misa del aniversario de nuestra promoción, nos dio las gracias por estar presentes y con voz entrecortada nos dijo: “Verlos aquí, confirma que mi vida ha tenido sentido”.
- Haz tu trabajo, bien.Sin excusarte en las condiciones o el ambiente político en la organización. No habrá sido fácil ser el encargado de deportes de un Liceo en que se pretendía salir de la competencia activa para darle un enfoque recreativo, contrario a lo que los deportistas, comunidad y él mismo pensaba. De una manera leal y con resultados, el Hno. León influenció a superiores y pares para contener esta corriente. Esta batalla la llevaba él; el resto debíamos preocuparnos en hacer nuestra parte (sin excusas): entrenar para ganar.
- Si te equivocaste, reconócelo con humildad, pide perdón y pasa la página. En un partido que ya estaba ganado contra un rival débil, cometí un inaceptable acto de inmadurez y soberbia que gatilló que me expulsaran del equipo. El DT, tenía precedentes de no tolerar prima donnas y quedé fuera. Quince días después, bajo el consejo y apoyo del Hno. León, reconocí mi error, llegamos a un acuerdo para restablecer la confianza y ganarme de nuevo un puesto. Muchos recursos y dolores de cabeza se ahorrarían en la administración pública y el mundo corporativo, si practicáramos el principio básico de reconocer los errores y pasar rápido a la búsqueda de soluciones.
- Busca llenar tu vida de actividades productivas, te evitarás problemas. Recuerdo perfectamente cuando un día el Hno. León me dijo: “Yo no hice maldades. No porque soy bueno, sino porque nunca me quedó tiempo. Busca siempre llenar tu vida de actividades, ya sean deportivas o de servicio a la comunidad”. Los momentos más felices, productivos y alejados de problemas los tuve solo cuando me apegué a este consejo.
- Ayuda al prójimo, sin que sepa que lo estás haciendo: con ingenio, tenacidad y capacidad de entusiasmar donantes para lograr un objetivo, construyó la Clínica de ADEMAR, que presta servicios dentales y de salud integral de calidad a familias de escasos recursos. Los pacientes –convertidos en dignos clientes- pagan una simbólica cantidad que alcanza para sustituir caridad y asistencialismo por un intercambio comercial que les permite exigir.
- No juzgues a los muchos por los pocos. Luego del destape de los dolorosos casos de pederastia por parte de algunos religiosos, en el esfuerzo de solidarizarnos con las víctimas directas, hemos sido poco sensibles con las otras víctimas: miles de servidores buenos, que llevan vidas de santidad, como el Hno. León, ahora reciben con humildad las miradas acusatorias de muchos (mientras dedican sus vidas a hacer las nuestras mejores).
- Establece redes y mantenlas a pesar de la distancia. Recuerdo cómo antes de la época del internet, me contaba de sus exalumnos cubanos (en Miami) con quienes intercambiaba cartas y llamadas telefónicas con regularidad. Hasta hace unos meses, he tenido la suerte –como muchos otros- de intercambiar correos electrónicos recurrentemente con el Hermano: siempre con un sabio consejo, una historia, reflexión o un simple cómo estás para alegrar el día.
- Vive de tal forma, que cuando veas para atrás, lo hagas con la frente en alto. La última vez que lo vi, a finales de 2011, estaba listo para trasladarse a Guatemala.
Finales de 2011, antes de partir a Guatemala
Subimos a la residencia marista y me mostró sus memorias. Con la mirada llena de orgullo y la vitalidad de espíritu de siempre, recorrió brevemente su vida con humildad y alegría. Rápidamente comenzamos a hablar de sus planes para su nueva vida, en la comunidad de hermanos en retiro. Recuerdo haberme despedido sintiendo una mezcla entre envidia y pequeñez infinita frente a ese gigante: no es fácil ver a un hombre de cerca de 95 años, de innegable legado, con la armadura visiblemente destruida luego de cien mil batallas, todas en servicio a los demás, partir del país en que vivió 53 años, solo un poco preocupado por cambiar de residencia y más enfocado en buscar con optimismo e ingenio nuevas maneras en servir a los demás. Qué difícil nos la puso a sus alumnos. ¡Gracias de corazón, Hermano!
Me han quedados estampadas en mi vida varias vivencias, frases y encuentros con nuestro querido Hermano León. Les comparto una de ellas:
“Pide consejo en el vino, pero decide luego en el agua”.
Un abrazo a todos.
“Junto a la línea que baja, mas bien fuera que dentro”…Grande Hno. Leo!!!
SEGUIR ESE CONSEJO Y y no vas a fallar jojojo
ademas de falto IMBZZZZZ!!!!!
“¡Contigo es evidente aquello de que lo que natura no da, Salamanca no lo presta¡”
Excelente!!! Gracias por acordarnos de este ilustre líder que se ha dedicado a varias generaciones de jóvenes. Yo pude presenciar ese discurso en 2011 al que haces referencia, y me siento muy orgulloso de afirmar haber sido alumno del célebre Hermano León.
¡Qué envidia que presenciaste ese discurso! ¡Gracias por pasar a leer!
Gracias, por ese legado, muy orgulloso de haber conocido al hno. león, tuve la dicha de pertenecer al equipo de futbol del colegio y recuerdo muy buenas anécdotas que viví con el hno. León. Agradecido por su ejemplo y con el compromiso de poner en practica lo aprendido y poder decir en unos años misión cumplida.
Gracias Carlos, Grande el Hermano León¡¡¡¡¡¡¡¡
Para todos los deportistas que pasamos por el Liceo es nuestro Padre, Abuelo, Maestro, Mentor. Lleno de enormes cualidades; nos enseñaba y guiaba con la sangre de un guerrero en cuerpo de Yoda.
Hermano, ha dejado un ejèrcito de luchadores que pretendemos algun dìa acercarnos a su intensidad y sabio discerniento.
Zope
buenas notas brother, felicidades y gracias por compartirlas
Ahora que a fallecido difícil no traer a la memoria muchas anécdotas y consejos que recibimos
Un gran ejemplo para todos los Liceistas que tuvimos la dicha de recibir alguna palabra de aliento y/o regaño.
Gracias por el post. Yo también fui alumno del Hno. León, y ahora, como él, miembro de la Congregación Marista y misionero. Me gustaría enviar tu escrito a la oficina de comunicaciones de la Provincia, para su publicación.
César Henríquez, fms
Marist Brothers – Bangladesh
¡Gracias César! ¡Qué alegría escuchar de otro miembro de la congregación Marista! Me llenaría de mucha alegría que le puedas compartir el escrito al resto de Hermanos. Lo quisimos muchísimo, y nos marcó mucho.
Un abrazo y estoy a tus órdenes.
Carlos
Me hubiera gustado conocerle v.v pero estoy segura que hizo una gran obra en todos los que tuvieron la dicha de tratar con el. Dios obra maravillosamente en lo cotidiano de la vida, en salones de clases o en simples conversaciones de amigos 😀